El nuevo álbum de blink-182 presenta una reinvención de su sonido clásico, adaptándolo para sonar más pop, pero a su vez, presenta unas de las letras más oscuras que han tenido en toda su carrera.
En caso de que no lo supieran, disfruto escuchar la música punk cada cuánto tiempo. No estoy seguro del por qué, creo que es puramente porque disfruto de una buena canción corta y rápida, como lo es la mayoría del género. No me consideraría realmente un fanático de alguna banda de este género en específico, pero por ahora mis preferidos están entre Green Day o Blink-182. La razón del segundo es más que nada porque caen en la definición que previamente utilicé, de algo breve y acelerado, siendo mayormente compuesto de canciones de entre dos o tres minutos, y mostrándose más que nada en este disco nuevo. Primero que nada, debo de decir que la promoción para este disco fue horrible, ya que la mayoría iba apuntando a que Blink directamente se habían vendido, osea dejándose absorber por un sonido pop genérico, inicialmente mostrada por el sencillo principal. Y es que Blame It On My Youth es definitivamente la peor canción que pudieron elegir como presentación, y la peor del disco. Es verdad que al entender mejor el concepto del álbum se entiende mejor la razón de que esté presente en este, y hasta llega a sentirse más disfrutable, pero comparado con lo que nos es presentado en el resto del disco hasta se puede considerar olvidable.
El resto de los sencillos no son necesariamente excelentes, pero si son mucho mejores que el primero. Happy Days es una bonita canción sobre el aislamiento y la frustración, y Darkside y I Really Wish I Hated You son unas canciones pop disfrutables. Pero como mencioné, escuchar el disco entero es la verdadera experiencia. En cuanto a estándares de Blink, este es uno de sus discos más oscuros líricamente, junto a discos como Neighbourhoods y el disco self titled, ya que este fue producido por un tiempo oscuro en la vida de Mark Hoppus, donde sufría de una severa depresión. La música en si no es tan distinta a la que se presentaba en los sencillos, pero al menos hay algunos rastros de punk escondidos entre la música sintetizada, convirtiéndolo en una nueva versión del sonido de Blink. Gran parte de las canciones en éste álbum muestran una interesante mezcla de estos dos elementos, acabando con resultados generalmente positivos. Algunas de mis canciones favoritas pueden ser de las más oscuras, como Heaven, una canción acerca del peligro de los tiroteos escolares en América, como lo pueden ser las más simples, como No Heart To Speak Of, que habla sobre la separación de una pareja y como el protagonista acaba con el corazón destruido.
El mayor problema que tengo con este disco son las canciones con menor duración, siendo estas Generational Divide y Ransom, específicamente por ello, su corta duración. En su último disco, California, también contaban con un par de canciones cortas, pero la diferencia es que éstas eran canciones de broma o cómicas, que no servían ningún propósito al disco, más en este disco las canciones cortas tocan temas que podrían expandirse para una canción completa, y por ende, se sienten incompletas. Eso si, son más disfrutables que las de la última vez. También he notado que aquí hacen un innecesario uso exagerado de las máquinas de percusión. Y no, no lo digo porque lo haga sonar más pop o algo por el estilo, considerando que ya de por sí se siente demasiado pop, lo digo porque tienen a Travis putas Barker con ellos, Travis es un gran baterista, y no sacan demasiado provecho de esa ventaja.
Descartando eso, es un álbum lo suficientemente sólido, y una bienvenida reinvención del sonido de Blink. Definitivamente estoy interesado en la nueva dirección que están tomando.
75/100
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